Sea que nos veamos motivados por un deseo económico o por una preocupación para hacer cambios en nuestro clima, somos más los que compartimos una meta de reducir cada vez más las emisiones de carbono.
Mantener los bosques productivos manejados activamente es una forma importante, de hecho, esencial, en la que nosotros, aquí en Washington apoyamos una industria que crea empleos con salarios familiares mientras que logramos ese objetivo en común.
Las investigaciones científicas han demostrado que los bosques proporcionan valores ambientales, incluyendo la eliminación de dióxido de carbono de la atmósfera que no puede ser eliminado por los paisajes sin bosques.
A medida que buscamos maneras de reducir la cantidad de carbono en nuestro ambiente, el ciclo de crecimiento y cosecha en los bosques productivos es una verdadera solución. En la jerga científica, a menudo el proceso se llama secuestro del carbono y está basado en la ciencia que la mayoría de nosotros dominó en la escuela primaria.
Saludablemente, los árboles en crecimiento eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera, luego acumulan ese carbono como biomasa aérea. (Los que no son científicos lo llaman “madera.”) Bastante sencillo.
El proceso continúa con más carbono acumulándose durante el período de alto crecimiento de un árbol y menos acumulándose en las etapas mayores de crecimiento. Después de la cosecha, la madera continúa guardando carbono productos de papel, de madera y de leña.
Los bosques manejados responsablemente absorben carbono y la silvicultura sostenible aumenta la absorción de CO2 de la atmósfera como un resultado de árboles jóvenes que absorben niveles más altos de dióxido que los árboles más maduros, haciendo de esta manera que los bosques actúen como un sumidero de carbono. En otras palabras, hay muchas razones para preservar la madera madurada, pero preocuparse por el cambio climático no está entre ellas.
Los bosques manejados responsablemente proporcionan agua potable, un clima sano, hábitat silvestre y empleos verdes en economías rurales. Los bosques manejados aumentan la absorción de CO2 y previenen incendios catastróficos, enfermedades e insectos que matan los árboles y emiten dióxido de carbono.
La madera usada en productos duraderos proporciona la mayor reducción en el uso y las emisiones de combustibles fósiles. En promedio, cuando nosotros substituimos madera por productos de construcción que consumen mucha energía, nosotros compensamos dos toneladas de emisiones de carbono por cada tonelada métrica seca de madera usada. Esto ocurre porque nosotros estamos eliminando emisiones de combustible fósil que hubiesen sido emitidas al aire si hubiéramos usado más materiales de alto consumo de energético, agregando de este modo al beneficio neto de la madera.
Ese claro impacto positivo, sumado al hecho de que el carbono neto acumulado en los productos de madera es mucho mayor que los materiales alternativos y todo se aclara; la madera tiene el menor impacto de carbono entre los materiales de construcción. Los constructores, por ende, tienen una gran oportunidad de mitigar las emisiones de carbono al elegir productos de madera sobre el acero, concreto y los plásticos.
Los bosques productivos saludables son esenciales para estas soluciones naturales y basadas en la ciencia, teniendo su efecto completamente positivo en los retos que enfrentamos. Mediante una mejor colaboración, nosotros podemos emplear el poder de la industria forestal para alcanzar las demandas de madera mientras se siguen prácticas sostenibles de silvicultura para lograr nuestras metas más generals
